El ande liberteño, por
donde lo caminemos, siempre nos invita a gozar de gratas experiencias, adentrándonos
en sus exhuberantes paisajes, de verdes campos, escarpados cerros, de límpido y
azulado cielo y ondeantes halcones en pleno vuelo. Desde que llegamos a
Huamachuco quedamos pasmados de su belleza, con sus atractivos históricos,
culturales y folklóricos, pasando por los de aventura, montañismo y
esparcimiento.
Aquí afincaron los
wachemines, vencidos luego por los Wamachucos, quienes edificaron la ciudad
lítica de Markawamachuco, su expresión arquitectónica más relevante y que está
a 184 kilómetros de Trujillo, con una temperatura anual media oscilante entre
los 11º y 12ºC.
La tradición cuenta que
desde Markawamachuco gobernó el curaca Tauricuxi, dirigiendo a ese laborioso
pueblo que dominó el ande de lo que hoy es La Libertad. Caminar entre esa imponentes
edificaciones, inflama el alma de orgullo al reconocernos como herederos de esa
grandeza que nos legaron nuestros antepasados, quienes sin la pesada maquinaria
de hoy, y sólo con tenacidad y organización levantaron enormes edificaciones
que parecen extraídas de una leyenda.